Después de haber recorrido varios
lugares de la provincia de Guanacaste, seguimos el viaje por la Península de
Nicoya hasta llegar a Jicaral de Puntarenas. Allí nos recibió el padre Mario
García, párroco del lugar. Él se mostró agradecido por la labor misionera
realizada desde hace años por doña Cecilia Sequiera, nuestra coordinadora de
“Por los caminos de la Fe”.
Al día siguiente tempranito nos
dirigimos a Canjelito de Jicaral. ¡Mejor bienvenida no nos podían dar! Primero
los niños de la escuela que salieron a saludarnos con mucho cariño, luego las
señoras de la comunidad que prepararon fuerte desayuno para todos en el salón
al costado de la capilla.
Y es que, según recuerda doña
Cecilia, cuando comenzaron a reunirse en esta comunidad lo hacían al aire libre
porque no había ni salón, ni capilla; pero con el paso del tiempo las personas
se fueron organizando y a punta de mucho trabajo construyeron una hermosa
capilla que hoy muestran con gran satisfacción. “Ojalá – les dijo doña Cecilia
– que el orgullo que sentimos de esta capilla siga reflejando siempre la fe y
comunión de esta comunidad. Pues la verdadera Iglesia somos nosotros y tenemos
que preocuparnos por tenerla bien bonita, así como cuidamos el templo”.
¿Cómo decir en pocas palabras lo
mucho que compartimos y vivimos juntos en ese encuentro y en los que tuvimos
después con las otras comunidades? Quizá decir que el Espíritu Santo actuó
entre nosotros presentándonos la Palabra de Dios como fuente de agua viva es
mucho, pero a la vez es poco para poder expresarlo.
Lo cierto es que tanto en
Canjelito, como en Isla Venado y la Esperanza de Cabo Blanco (lugares que
visitamos en esos días) encontramos hombres y mujeres (niños, jóvenes, adultos
y adultos mayores) dispuestos a escuchar la Palabra de Dios. Con ellos
compartimos la Lectura Orante del evangelio de Jn 4,5-14 sobre el encuentro de
Jesús y la Samaritana a orillas del pozo. Al igual que a la Samaritana, el
Espíritu nos fue conduciendo poco a poco en la profundización de la Palabra y
de forma natural fuimos pasando de la lectura a la reflexión y luego a la
oración y la contemplación del Misterio de Dios revelado en Cristo.
En cada una de las comunidades
encontramos un verdadero banquete, no solamente por todas las cosas tan ricas
que nos dieron de comer, sino también por el alimento espiritual de la Palabra
y el afecto que compartimos unos con otros. El tiempo nos permitió incluso
visitar a las personas enfermas de la comunidad, conversar con aquellos que
estaban pasando momentos difíciles, presentar algunas fotografías tomadas
durante los encuentros, etc.
Un día en la noche nos reunimos con
un grupo en el centro parroquial de Jicaral. Asistieron algunos señores mayores
que ya llevan años de pertenecer a la “Escuelita”, como le llaman ellos al
proyecto de formación Bíblica de “Por los Caminos de la Fe”. Sin embargo,
también llegaron algunas madres de los niños que participan de la fiesta anual
organizada a fin de año por un grupo de colaboradores del proyecto. Con ellos
también compartimos la Lectura Orante de la Biblia y doña Cecilia les motivó
para que siguieran reuniéndose y creciendo en la fe juntos.
El 25 en la tarde, después del
encuentro en La Esperanza de Cabo Blanco, emprendimos el viaje de regreso por
el Ferry de Playa Naranjo. Lo hicimos con el corazón contento y el alma
agradecida, pidiéndole a Dios que nos acompañara en el camino hacia nuestros
hogares, en donde emprendimos la aventura de dar a conocer aquello que habíamos
visto y oído.
A ustedes, nuestros amigos
virtuales, también queremos hacerles llegar esta alegría y les deseamos que
sean, cada vez más, fieles discípulos y mensajeros del Reino.